Los patrones de gasto de los Gobiernos locales varían significativamente entre los países de la OCDE (Figura). Mientras en algunas federaciones, como Canadá y Suiza, la participación del gasto de los Gobiernos locales en el PIB es comparativamente alta, en otros países se delega más responsabilidad en entidades territoriales de nivel medio, como los estados de Australia y Estados Unidos, los Länder en Alemania y las provincias de Canadá. Entre los países unitarios, los nórdicos a menudo asignan a los Gobiernos locales amplias funciones, como la atención sanitaria y la protección social, lo que genera altos niveles de gasto en relación con otros niveles de administración[1].
Las fuentes de ingresos también difieren ampliamente entre los Gobiernos locales de la OCDE. En varios países, como Dinamarca y Suecia, los Gobiernos locales dependen en gran medida de ingresos tributarios propios o compartidos, como los impuestos a la propiedad, mientras que en otros países dependen más de transferencias intergubernamentales desde niveles superiores de la Administración pública.
En varios países, como Dinamarca y Suecia, los Gobiernos locales dependen en gran medida de ingresos tributarios propios o compartidos, como los impuestos a la propiedad, mientras que en otros países dependen más de transferencias intergubernamentales desde niveles superiores de la Administración pública.
Gastos e ingresos de los Gobiernos locales
DESAFÍOS EMERGENTES
Tres desafíos clave están remodelando el panorama de las finanzas de los Gobiernos locales.
Uno está relacionado con el cambio climático. Los Gobiernos locales desempeñan un rol crucial en áreas como el transporte, la vivienda y la regulación del uso del suelo, que son muy relevantes para cumplir los objetivos nacionales de descarbonización. Al mismo tiempo, es necesario invertir para mejorar y adaptar las infraestructuras, un área en que los Gobiernos locales tienen un papel importante, dada la gran proporción de la inversión gubernamental que normalmente se lleva a cabo a nivel local en los países de la OCDE.
Financiar estos esfuerzos requiere la movilización de ingresos locales y compartidos, así como nuevos enfoques. Las herramientas innovadoras incluyen la introducción de impuestos sobre las emisiones de carbono, a través de impuestos explícitos y/o esquemas de comercio de emisiones; mecanismos de captura de valor de las inversiones en infraestructura verde; y la emisión de bonos verdes para financiar proyectos resilientes a los cambios climáticos.
La cooperación intergubernamental es esencial para alinear los objetivos climáticos en todos los niveles de gobierno y brindar apoyo técnico a las autoridades locales.
Un segundo desafío importante es el envejecimiento de la población. Los cambios demográficos que están enfrentando las sociedades alterarán drásticamente la demanda por servicios locales. Si bien potencialmente reducen las necesidades en áreas como la educación primaria, el envejecimiento de la población aumentará la presión sobre los sistemas de salud y de atención a las personas mayores. Los Gobiernos locales deben prepararse para estas demandas en evolución, al tiempo que potencialmente enfrentan bases impositivas cada vez más reducidas en algunas áreas y exploran nuevas fuentes de ingresos para compensar posibles disminuciones.
Una asignación clara de responsabilidades y mecanismos de financiación entre los diferentes niveles de gobierno es crucial para evitar la creación de asignaciones de gastos no financiados para los Gobiernos locales.
Un tercer desafío para los Gobiernos locales está relacionado con la transformación digital. La digitalización ofrece oportunidades para mejorar los servicios y reducir sus costes a través del gobierno electrónico, los sistemas de pago en línea y la toma de decisiones basada en datos. Sin embargo, también presenta desafíos en términos de habilidades requeridas, inversiones en infraestructura y posible erosión de las bases imponibles tradicionales (por ejemplo, debido al surgimiento del comercio electrónico).
Los retos clave para los Gobiernos locales incluyen digitalizar las operaciones gubernamentales y los servicios ciudadanos, garantizar el acceso equitativo a la infraestructura digital, proteger la privacidad y la ciberseguridad, y adaptarse a la posible erosión de las bases impositivas tradicionales.
A menudo es necesario el apoyo intergubernamental para capacitación, asistencia técnica e infraestructura digital compartida para cerrar la “brecha digital” entre los Gobiernos locales.
DESAFÍOS DE MEDICIÓN
A pesar de la importancia de las finanzas de los Gobiernos locales, persisten brechas significativas en cómo las medimos y comparamos la información entre países. Por ejemplo:
– Cobertura limitada: las bases de datos se centran más en los Gobiernos regionales o de nivel medio, lo que dificulta comparar las finanzas de los Gobiernos locales entre países y a lo largo del tiempo.
– Clasificación de ingresos: a menudo hay una falta de claridad a la hora de distinguir entre los ingresos propios y compartidos de los Gobiernos locales.
– Normas de presentación de informes: las prácticas contables inconsistentes y la cobertura variable de entidades (por ejemplo, empresas municipales y asociaciones intermunicipales) pueden distorsionar las comparaciones.
– Información del balance: los datos sobre los activos y pasivos de los Gobiernos locales suelen ser escasos, lo que dificulta las evaluaciones de riesgos.
– Medidas de autonomía: la mayoría de los indicadores se centran en los agregados presupuestarios más que en el grado de poder de decisión local en materia de impuestos y gastos.
– Granularidad: los datos agregados ocultan variaciones significativas entre los Gobiernos locales dentro de un solo país.
EL CAMINO A SEGUIR [2]
Mejorar nuestra comprensión de las finanzas de los Gobiernos locales requiere acciones en varios frentes. Se podría prestar especial atención a los siguientes aspectos:
– Estandarización: se podrían desarrollar estándares de presentación de informes más consistentes en todas las jurisdicciones y niveles de gobierno.
– Cobertura ampliada: se podrían recopilar datos más completos sobre las finanzas de los Gobiernos locales, incluidas las entidades extrapresupuestarias y las empresas municipales.
– Métricas de autonomía: los indicadores podrían perfeccionarse para captar el verdadero alcance de la autonomía fiscal y política local.
– Granularidad: se necesitan esfuerzos para recopilar y compartir información financiera más detallada a nivel de jurisdicción.
– Evaluación de riesgos: se pueden desarrollar marcos para identificar y gestionar los riesgos fiscales a nivel local.
– Desarrollo de capacidades: los Gobiernos locales necesitan apoyo para adoptar las mejores prácticas para la gestión financiera y la presentación de informes.
CONCLUSIONES
A medida que los Gobiernos locales enfrentan desafíos complejos como el cambio climático, el envejecimiento de la población y la digitalización resulta imprescindible conocer sus finanzas y comparar buenas prácticas. Al abordar estos desafíos de manera proactiva, los Gobiernos locales pueden seguir respondiendo a las necesidades de los ciudadanos mientras construyen comunidades resilientes y sostenibles para el futuro y garantizan la sostenibilidad de las finanzas públicas.
A medida que los Gobiernos locales enfrentan desafíos complejos como el cambio climático, el envejecimiento de la población y la digitalización resulta imprescindible conocer sus finanzas y comparar buenas prácticas.
El camino a seguir requiere la colaboración entre diferentes niveles de gobierno, organizaciones internacionales e investigadores académicos para desarrollar bases de datos más completas sobre las finanzas de los Gobiernos locales en todo el mundo.
Autor/a: Luiz de Mello
[1] Ver Mello, L. de (2024). Comparativa de las finanzas de los Gobiernos locales: métricas e indicadores. Anuario de Hacienda Local, 1, 59-82.
[2] Los análisis y opiniones expresados en este documento son propios del autor y no necesariamente reflejan los de la OCDE, así como los de los países miembros o socios de la Organización.