Actualidad local
Presentación al mundo local del nuevo modelo de ordenanza de contaminación por olores
La Diputación de Barcelona ha organizado este jueves, 13 de junio, una sesión informativa virtual para presentar al personal técnico municipal y electos el modelo de Ordenanza reguladora de la contaminación odorífera, un instrumento de asistencia jurídica y técnica que permitirá a los ayuntamientos de la provincia ejercer un control y un seguimiento tangible de las problemáticas de contaminación por olores, un ámbito que, de los varios vectores que ha abordado la normativa ambiental -vertidos, ruido, vibraciones, etc.-, es el que más ha tardado en tener un desarrollo normativo.
Ante la creciente preocupación del mundo local, la Diputación de Barcelona consideró oportuno elaborar un texto normativo que reuniera los criterios jurídicos y técnicos que permitieran a los municipios afrontar con seguridad jurídica eventuales incidentes relacionados con la contaminación odorífera.
La redacción de esta normativa, la primera impulsada por un organismo supramunicipal, puesto que hasta ahora ni el Estado ni la Generalitat tienen una regulación específica al respeto, ha contado con el apoyo del Servicio de Asistencia Jurídica Local de la Diputación de Barcelona.
La ordenanza es una herramienta de carácter eminentemente práctico que se fundamenta en medidas objetivas y contrastables, y que establece dos categorías en cuanto a límites de inmisión de olores, dependiendo de si se trata de una zona urbana residencial o de viviendas situadas en zonas rurales, además de un régimen sancionador con multas que pueden oscilar entre los 750 y los 3.000 euros. Las problemáticas habituales de emisiones olorosas están relacionadas con la actividad industrial y el vertido de residuos.
En este sentido, hay que destacar que la ordenanza es una normativa pensada para proteger especialmente las viviendas y las personas, con antelación sobre las zonas periféricas no habitadas. La norma se refiere específicamente a problemáticas de carácter odorífero ―molestias odoríferas―, y en ningún caso a incidencias toxicológicas, que se tratarán siempre por los parámetros y las normativas del ámbito de la salud.
Con este modelo de referencia, cada ayuntamiento puede ajustar la propuesta de ordenanza a sus necesidades modificando el ámbito territorial de aplicación, las actividades incluidas, e incluso, modificando los valores límite y los periodos de evaluación.
Durante la sesión informativa, el diputado de Acción Climática y Transición Energética de la Diputación de Barcelona, Marc Serra, ha destacado el carácter “pionero” de este modelo de ordenanza que “servirá para establecer unos criterios eficientes para evaluar problemáticas especialmente crónicas de olores de alta intensidad, y para dar una seguridad jurídica a las administraciones locales para poder intervenir”.
Serra también ha señalado la importancia de la colaboración ciudadana. En este sentido, el modelo de ordenanza dispone de un protocolo que se puede usar para que la ciudadanía pueda reportar estos episodios.
La corporación ya recibió el 2019 dos peticiones, de los ayuntamientos de Manlleu y Viladecans, para elaborar una ordenanza de olor, y el 2020 se hizo una primera versión que se hizo llegar a estos dos consistorios interesados, donde también se llevaron a cabo mediciones de olores. En febrero de 2024 el municipio de Vidreres aprobó su propia ordenanza siguiendo el borrador de modelo propuesto por la Diputación de Barcelona.
Ahora, con la reciente aprobación del modelo de ordenanza que se pone a disposición de los municipios de la provincia, el organismo provincial está preparando formaciones específicas dirigidas al personal técnico municipal.