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El Cabildo de Tenerife crea más de 250 plazas nuevas para la atención de la salud mental
- Con esta medida, ya son 930 las plazas del IASS para dar cobertura a la salud mental, a las que hay que sumar el apoyo que el Cabildo presta a cerca de 1.000 personas y las entidades a través del Anillo Insular de Políticas Sociales
- La vicepresidenta tercera y consejera de Acción Social del Cabildo de Tenerife, Marián Franquet, explica que la salud mental es un objetivo prioritario para la isla, con la vista puesta en la mejora de la calidad de vida de quienes padecen alguno de estos trastornos
El Cabildo de Tenerife, a través del Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS), ha creado en el actual mandato un total de 259 plazas nuevas para atender la salud mental y garantizar así el bienestar de las personas, alcanzando más de 930 plazas en este ámbito en la isla.
Esta iniciativa se suma al apoyo que desde la Corporación insular se presta a las entidades del tercer sector, a través del Anillo Insular de Políticas Sociales, que atienden a cerca de 1.000 personas en aspectos vinculados a la prevención, sensibilización y descentralización de los servicios en el territorio insular.
La vicepresidenta tercera y consejera de Acción Social del Cabildo de Tenerife, Marián Franquet, explica que el objetivo final es mejorar la calidad de vida de las personas que padecen enfermedades mentales y promover su autonomía. “La salud mental ha sido un objetivo prioritario desde que llegamos al Cabildo, ya que, desgraciadamente, lleva aparejado un estigma que, entre todas y todos, tenemos la responsabilidad de vencer”, explica. En esta línea, insiste en que “debemos permitirles y ayudarles a que lleven una vida normal”.
Asimismo, la también presidenta del IASS destaca los recursos residenciales para patología dual que se han puesto en marcha recientemente, destinados a tratar a personas que padecen enfermedades mentales y, al mismo tiempo, un trastorno por adicciones. “Debemos tener en cuenta numerosas realidades, no podemos convertir la atención a la enfermedad mental en un cajón de sastre en el que prestemos servicios similares a todos los usuarios y las usuarias, sino que hay que tener en cuenta las especificidades de cada persona y sus circunstancias personales”, asegura.