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La Vicepresidenta de la Diputación de Huesca, Elisa Sancho, destaca que la Carrasca de Lecina es un símbolo para que todas las instituciones apoyen proyectos de vida en el medio rural
- El reto demográfico debe unirnos a todos para que todas las voces se tengan en cuenta
La monumental Carrasca de Lecina se ha erigido durante siglos como un emblema para los altoaragoneses. Su valor ya se tiene en cuenta en todo el continente a raíz de que el pasado mes de marzo obtuviera el título honorífico como Árbol Europeo del Año 2021. Este jueves (6 de mayo), la alcaldesa de Bárcabo, donde se ubica este ejemplar, ha recibido el diploma que acredita esta distinción. La Vicepresidenta de la Diputación Provincial de Huesca, Elisa Sancho, ha felicitado a los vecinos del municipio y a toda la provincia de Huesca porque ha indicado que esta catalogación es “un reconocimiento a la vida en el medio rural”.
Sancho ha alegado que el título honorífico como Árbol Europeo del Año reconoce, por un lado, “a muchas generaciones de habitantes rurales que han preservado el patrimonio natural asentando sus proyectos de vida en los pueblos” y, por otro, a una provincia como la de Huesca que es “un referente del reequilibrio territorial”. Este reconocimiento, ha añadido “es una gran oportunidad de difusión nacional e internacional a través de un símbolo de la naturaleza que no solo atrae a visitantes para conocer este entorno maravilloso, sino también a aquellos que buscan una vuelta a los orígenes, algo que se está revelando cada vez más importante”.